Somos Sean Eternos, un gin nacido en Victoria, Entre Ríos, con el esfuerzo y la pasión de una hermandad. Nos propusimos elaborar un gin exquisito, con el agua dulce de nuestros ríos, destilado del mejor Enebro patagónico y botánicos del litoral. Y encontramos un sabor único. El sabor del presente, de lo que se disfruta en el momento, y al mismo tiempo, nos hace sentir que podría durar para siempre. Un instante eterno. ¿Sería una contradicción decir que vivimos el presente como si fuera eterno? Bueno, así nos pasa cada vez que tomamos este gin. ¿Qué tal si, de repente, en el copón que tenés entre las manos, tuvieras la llave para acceder a un mundo sin tiempo?
Ese es el mundo de Sean Eternos. Donde la gloria es infinita.
Donde el sol que se despide antes del anochecer te guiña el ojo y te invita a animarte a mandarle ese mensaje al que te gusta, a festejar tu cumpleaños hoy, sin previo aviso, a tomarte un gin mas por más que mañana madrugues.
¿Y sabés qué es lo mejor? Que en un mundo sin tiempo, todo se disfruta lento. Tranquilo. Total, es eterno.
Y donde hay eternidad no hay problema. Bueno, lo único, sería una picardía que no tengas hielo en el freezer, pero tranqui, siempre hay un almacén 24hs cerca.
Mandamiento n°1
Mandamiento n°2
UN GIN TRANQUILO
COMO LO ETERNO.
A veces, buscar la perfección es complicado.
Por eso, decidimos bajar un cambio y conectar con lo que realmente importa. Disfrutar de hacer algo de manera distinta. Laburando tranquilos, entre amigos, que son como hermanos. Rodeados de la buena onda de los que están siempre y de la enseñanza de los grandes que nos fueron iluminando en el camino. Así es como hoy armamos esta hermandad y queremos compartirla con todos los que quieran vivir, al igual que nosotros, momentos eternos.
En la diversidad encontramos los mejores maridajes. Combinamos la frescura del enebro patagónico con el agua dulce de una de las reservas más grandes del planeta. Las naranjas del litoral con la manzanilla de la pampa. El espíritu de uno de Boca y otro de River. La manera de ser de un porteño y un marplatense. Así en la combinación, surgió la alquimia. Y si de alquimia hablamos, a nuestro juego nos llamaron…
La alquimia es una transmutación maravillosa e increíble. Cuando la vas descubriendo, te empezás a familiarizar con el cobre, con el fuego, van apareciendo cosas que no usabas desde la secundaria: tubos de ensayo, termómetros y hasta pizarrones. Y acá fue que, como buenos fundamentalistas, nos pusimos serios.
Nos reunimos con la estrella de la fórmula: el enebro. Lo complementamos con nueve botánicos especialmente seleccionados y el mejor alcohol de cereal del país. Luego de una larga maceración y destilado- con fuego sagrado, obvio- logramos que esta combinación se exprese como el mejor equipo. Esa formación que te acordas toda la vida y, sobre todo, de las alegrías que te dió.
Eso que perdura en tu memoria, lo eterno, con este gin, lo logramos.
Mandamiento n°3
SEAN ETERNOS
LOS MOMENTOS QUE
SUPIMOS TOMAR
GIN.